DÉJATE ILUMINAR POR LA DOMÓTICA
Durante las últimas décadas el adjetivo inteligente (o smart) se ha visto asociado a tantos aspectos de nuestra vida cotidiana y con tal asiduidad, que hoy en día podrían considerarse términos inseparables para avanzar hacia el futuro. En entradas anteriores hemos hablado de ciudades y hogares inteligentes, un concepto que ha evolucionado en todas direcciones. Entre ellos, la iluminación. Pero ¿Qué es la iluminación inteligente?
Como todo a lo que atribuimos este término, parece algo sacado de una película de ciencia ficción. ¿Cuántas veces hemos deseado encender/apagar las luces de la estancia con un par de palmadas o un simple comando de voz?
Estos últimos años hemos podido comprobar que todo aquello que denominamos inteligente tiene que ver con dispositivos conectados a otros dispositivos de control mediante los cuales podemos gestionar la actividad del primero y recopilar información. En ese sentido, la domotización de la iluminación ha supuesto tres grandes ventajas: el confort, el ahorro de energía y la seguridad.
La importancia de una iluminación adecuada tanto en la estancia en la que nos encontramos como para la actividad que estamos realizando es imprescindible y ahora, una realidad alcanzable. Encender o apagar luces, regular su intensidad y cambiar la tonalidad de la luz es más fácil que nunca. Además, la iluminación inteligente facilita la comprobación del estado de las luces a través de un dispositivo móvil, algo muy útil a la hora de ahorrar energía.
Con el control remoto o autorizado de la iluminación podemos hacer de nuestro hogar un lugar más seguro cuando nos encontremos fuera de él. ¿Cómo? Programando que las luces se enciendan y se apaguen en determinadas horas cuando nos encontramos fuera para simular que hay alguien en la vivienda.
El futuro que tanto imaginábamos lo estamos viviendo ahora, y qué mejor manera de hacerlo que sumándose a esta forma de vida inteligente.