IA Y TECNOLOGÍA: AL SERVICIO DEL BIENESTAR HUMANO
Desde las recomendaciones de películas hasta las compras en línea, la IA ya forma parte de nuestra vida cotidiana. Según una encuesta de Entelgy, más de un tercio de los españoles la utiliza a diario. Además, la nube ha revolucionado la accesibilidad y la seguridad de los datos, ofreciendo una flexibilidad sin precedentes tal que Gartner prevé un crecimiento del 20,4% en servicios de nube en comparación con el año pasado.
Y, aun así, para que estas herramientas logren un impacto positivo, el diseño y la implementación de soluciones deben enfocarse en el usuario final. El enfoque humanista en la tecnología promueve un equilibrio entre innovación y necesidades humanas, generando valor tangible en la vida diaria. Las empresas que se apresuran en adoptar nuevas soluciones sin considerar el impacto humano corren el riesgo de desconectar a los usuarios y reducir la efectividad de sus proyectos.
Pero, aunque el verdadero propósito de la tecnología y la inteligencia artificial (IA) es mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas, muchas empresas enfrentan retos como la falta de confianza en la IA y los problemas éticos y de privacidad. El 80% de los ciudadanos no confía en la inteligencia artificial. Para superar estos desafíos, es crucial que el desarrollo tecnológico se centre en las necesidades humanas, en lugar de perseguir solo eficiencia o reducción de costos.
La confianza en la tecnología depende de que los usuarios sientan control y seguridad al utilizarla. Un desarrollo que priorice la armonía entre tecnología y personas es clave para una verdadera transformación digital. Así, empresas y sociedad pueden beneficiarse de un progreso tecnológico que enriquezca la vida de todos.