En octubre de 2019, fruto de la colaboración con Intel, se inauguró el edificio PTK1 en Petach Tikva, considerado por muchos como el “edificio más inteligente del mundo”. Con 11 plantas y una superficie de casi 75 000 m², este innovador centro de desarrollo redefine los límites de la construcción inteligente.

Cuenta con más de 14.000 sensores distribuidos por todo el edificio, encargados de supervisar iluminación, temperatura, ventilación, plazas de aparcamiento y salas de reuniones, entre otros aspectos. Además, dispone de 50 cámaras 3D que identifican el movimiento de personas y objetos, contribuyendo a la seguridad y el control del espacio.

Estos sistemas generan hasta 100 terabytes de datos al día, el doble de la información recolectada por el telescopio Hubble en tres días tras su lanzamiento. Esta ingente cantidad de datos es procesada en tiempo real mediante IA, lo que permite tomar decisiones autónomas sobre climatización, iluminación y otros servicios, sin necesidad de intervención humana.

El resultado es una eficiencia energética un 40 % superior y un consumo reducido en un 75 % respecto a edificios convencionales. Además, durante su construcción se recicló el 95 % de los escombros, reforzando su carácter eco‑responsable.

PTK1 no solo representa un hito en tecnología y automatización, sino también un modelo para el futuro de la arquitectura. Su integración de sensores, IA y eficiencia energética demuestra las ventajas de los “smart buildings”: edificios capaces de adaptarse al entorno, optimizar recursos y mejorar el bienestar de los usuarios.

En definitiva, PTK1 es un ejemplo tangible de cómo la tecnología puede transformar nuestros espacios de trabajo hacia un estilo más sostenible, inteligente y centrado en las personas.