LA EVOLUCIÓN DE LA COMUNICACIONES SATELITALES EN LA ERA DEL 5G
La evolución de las comunicaciones satelitales ha dado un paso fundamental hacia un 5G global, integrando satélites de baja órbita (LEO) en el ecosistema de redes no terrestres. Esta tecnología elimina barreras geográficas, ofreciendo cobertura en zonas remotas y rurales, y abre nuevas posibilidades para aplicaciones de alta demanda como el Internet de las Cosas (IoT), vehículos autónomos y la realidad virtual.
Los satélites LEO, a diferencia de los tradicionales satélites geoestacionarios (GEO), operan a una altitud de entre 400 y 2.000 kilómetros, lo que reduce significativamente la latencia y mejora la experiencia del usuario. Además, su fabricación es más económica y permite desplegar constelaciones densas que garantizan conectividad global continua. Empresas como Starlink y Eutelsat-OneWeb lideran este cambio, y en Europa, iniciativas como las de Grupo Oesía refuerzan la soberanía tecnológica regional.
Este último destaca en el desarrollo de terminales innovadores como el FoldSat, un dispositivo portátil, ligero y reforzado que optimiza la conectividad en constelaciones LEO. Por otra parte, proyectos como la conectividad Wi-Fi en trenes de alta velocidad de Renfe o el soporte a operaciones críticas, tanto civiles como militares, subrayan la versatilidad de esta tecnología.
Europa avanza buscando fortalecer su autonomía en telecomunicaciones. La soberanía tecnológica no solo garantiza seguridad y resiliencia ante crisis, sino que también impulsa el desarrollo económico y la innovación, reduciendo la dependencia de proveedores externos.
La integración del 5G con la tecnología satelital marca un hito en la conectividad global, acercándonos a un mundo más seguro, mejor conectado y con acceso equitativo a la información y los servicios esenciales.