LAS AUTOPISTAS DEL FUTURO, A UN PASO DEL PRESENTE
La importancia de la tecnología crece en cada vez más ámbitos de nuestro día a día, y la movilidad y el transporte son uno de ellos. Estas nuevas tecnologías, además de aportar más valor a la conectividad de las infraestructuras, también refuerzan la seguridad de las carreteras.
Por un lado, el Internet of Things (IoT) permite que cada vez más dispositivos estén conectados a Internet. Gracias a esto, tanto los vehículos como la infraestructura podrán estar interconectados y el propio automóvil conocerá la cantidad de tráfico, accidentes, retenciones y demás información útil. Acompañando a esta conectividad, la inteligencia apropiada hará posible que la infraestructura pueda consultar y procesar el “big data” para prevenir posibles contratiempos como accidentes o congestiones de tráfico.
Aún falta mucho por avanzar, pero ya se está trabajando en el desarrollo de un corredor eléctrico para una carga inalámbrica de coches eléctricos, en el que las propias autopistas se encarguen de recargar los automóviles.
Los objetivos principales son, por un lado, que las carreteras aporten información que pueda ser recibida por los propios vehículos y, por otro lado, que estos dispositivos conectados sirvan para que las administraciones públicas controlen los datos en tiempo real y puedan mejorar la seguridad vial.
En un futuro se pretende incluso reforzar la interoperabilidad entre todos los países europeos para que los automóviles mantengan la conexión sin importar el cambio de territorio.
La movilidad sostenible y conectada es una realidad que permite imaginar un transporte futuro totalmente interconectado que sea más cómodo y, sobre todo, más seguro. Los automóviles conectados ya son una realidad en la actualidad, y tendrán que convivir con los demás vehículos existentes: los eléctricos, los híbridos y los tradicionales.